LA SECRETARÍA DE ECONOMÍA RECHAZA QUE EXISTAN CONDICIONES PARA APLICAR AUMENTOS DESPROPORCIONADOS

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• Las fortalezas internas de México permiten aminorar las presiones internacionales de producción y abasto

El Gobierno Federal, a través de diversas dependencias como la Secretaría de Economía y la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), monitorean y analizan permanentemente la situación nacional e internacional de la producción, el abasto y el comercio que pudieran perjudicar a consumidores y sectores productivos.

Las expectativas de inflación para 2011 elaboradas por el sector privado están en promedio 3.8 por ciento, menor que el 4.4 por ciento del cierre de 2010, de acuerdo con la Encuesta Sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado que recaba el Banco de México. El incremento en salario mínimo de 4.1 por ciento refleja una menor expectativa inflacionaria para este año que lo observado en años anteriores. Por otro lado, la debilidad del dólar restaría presiones derivadas de los insumos importados. Además, considerando que existe capacidad productiva disponible, la recuperación de la demanda interna no constituye una amenaza inflacionaria. Por lo anterior, cabría esperar un comportamiento de precios relativamente estable durante 2011.

No obstante, en la Secretaría de Economía se da un seguimiento detallado y continuo a los factores que impliquen un riesgo inflacionario. Actualmente existen perspectivas que indican una alta volatilidad en los precios internacionales para 2011. Si bien algunos analistas han pronosticado que continuarán los incrementos en los precios de los productos agropecuarios a nivel internacional, otros expertos prevén incluso reducciones significativas (como lo es el Banco Mundial que estimó una disminución de 8.0 por ciento para este año).

La volatilidad en los precios de las materias primas se explica por diversos factores, entre ellos: elementos climáticos; la depreciación del dólar que conlleva incrementos nominales en los precios de las materias primas para preservar su valor real, y la excesiva liquidez global donde importantes cantidades de recursos se destinan a la especulación en los mercados internacionales de este tipo de productos, con la expectativa de obtener ganancias de capital.

Por otra parte, hay que considerar que los incrementos en los precios internacionales de productos agrícolas observados en 2008-2010 y posiblemente en este año, son una señal de un cambio estructural en la demanda por este tipo de productos, que debería aprovecharse para incrementar la producción nacional, la inversión y el empleo en el campo.

En el contexto nacional, durante 2010 no se observó un impacto inflacionario significativo a pesar del incremento en los precios internacionales de los alimentos y las materias primas. De hecho, la inflación de 2010 fue menor que la expectativa que se tenía a principios de año. El repunte de finales de 2010 se debió, principalmente, a las fluctuaciones en los precios de algunas frutas y verduras que por su naturaleza tienen mucha volatilidad y que se esperarían reducciones en otras estaciones del año.

Es importante recalcar que la mayoría de los precios de los productos y, particularmente los de los alimentos, no están sujetos a control gubernamental. En consecuencia, los principales determinantes de los precios son las fuerzas del mercado: la demanda de los consumidores, la disponibilidad de los productos y los choques externos que afectan el mercado.

En otro ámbito, de acuerdo con un reporte preliminar de la Sagarpa, la producción agrícola en 2010 será superior al año anterior debido a las buenas condiciones del temporal y al incremento de la productividad en el campo, lo que permitirá atender las necesidades de abasto nacional. Para el cierre de 2010 se anticipan aumentos en la producción de granos (16.6%), hortalizas (7.3%), cultivos industriales (2.2%), forrajes (4.1%) y frutas (3.1%), comparado con el año agrícola anterior.

Para 2011 también hay buenas perspectivas. Se espera que la producción agrícola se ubique 3.3% por arriba de la cifra de cierre esperado para el año agrícola de 2010 (incluye los ciclos agrícolas Otoño-Invierno 09/10 y Primavera-Verano 2010). Para el maíz se estima un aumento de 4.0%, con lo que se lograrían 25.2 millones de toneladas (blanco y amarillo). En trigo, se prevé una recuperación de la producción de 10%, tras la afectación causada por el sismo de abril pasado en Baja California, para colocarse en casi 4.1 millones de toneladas. Estos indicadores garantizan la producción agrícola y, por tanto, el abasto nacional.

Estos elementos de análisis nos permiten reiterar que, de acuerdo con la estructura de costos de los distintos sectores productivos, no hay justificación para que existan aumentos de precios desproporcionados, porque existe capacidad productiva disponible, hay suficiente abasto nacional, el incremento al salario mínimo fue consistente con las expectativas inflacionarias y porque la debilidad del dólar abaratará las importaciones.

También se hace un exhorto a los productores, empresarios, cámaras y organizaciones sectoriales a buscar formas o mecanismos que permitan enfrentar la creciente volatilidad de los mercados internacionales disminuyendo al máximo el impacto en precios al consumidor.

La Secretaría de Economía y la Sagarpa reiteran nuevamente su disposición de diálogo para conocer la situación particular de cada sector y encontrar, juntos, alternativas viables. Sin embargo, es importante recalcar que el Gobierno Federal no permitirá alzas injustificadas en precios. Tampoco tolerará acciones especulativas o de colusión que por ley están prohibidas y, en caso de detectarlas, las sancionará conforme a derecho.

A su vez, rechazamos las declaraciones de actores o intereses políticos-partidistas que confunden y no aportan soluciones ni contribuyen a acelerar la transformación del país. El Gobierno Federal reitera su disposición de diálogo.

Es el momento, también, que el consumidor ejerza su poder y aplique sus derechos. Por eso la Secretaría de Economía, a través de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), realiza diversas acciones de apoyo y orientación al consumidor.

Se han reforzado los mecanismos de atención y servicio al usuario que en los próximos días se darán a conocer. De esta manera se tendrá un mayor contacto ciudadano y se intensificarán los operativos de verificación en puntos de venta para detectar abusos.

Primordialmente se promoverá la cultura del consumo inteligente, donde el consumidor se asume responsable y con autoridad para tomar decisiones en función de la libertad para elegir, de estar informado, de comparar precios, de ser conscientes, críticos, demandantes y solidarios.

De esta manera, el diálogo con los sectores productivos, las acciones de un gobierno responsable, la colaboración ciudadana para denunciar y asumir una cultura de consumo inteligente, permitirá disminuir el impacto de alza de precios y resistir la volatilidad de los mercados internacionales. En conclusión, durante 2011 en México cabría esperar un entorno de relativa estabilidad en precios.

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